Terapia Gestalt

La terapia Gestalt contemporánea moderna forma parte de los movimientos existenciales y humanistas. Desde su nacimiento se ha caracterizado por una tendencia integradora. Se inspira sobre todo en el psicoanálisis (W. Reich y K. Horney), la psicología de la Gestalt, la filosofía existencial (M. Buber, P. Tillich) u otros (bioenergética, holismo, psicodrama, budismo zen etc.).

La terapia se basa en el diálogo y la relación terapéutica. La terapia puede ser enriquecida por los llamados «experimentos» que le ayudan al cliente a tomar conciencia de sus acciones, las emociones que experimenta y lo que quiere o necesita hacer. La integración de nuevas experiencias a la vida actual del cliente representa otra parte de la terapia.

Los principios de la terapia Gestalt

  • Énfasis en el momento presente
    Las memorias y fantasías pueden ser difícilmente accesibles o engañosas. Sin embargo, el momento actual es siempre verdadero y accesible, por ello lo estimulamos y examinamos.
  • Aceptación
    Actitud que consiste en creer que la conducta de cada uno en un momento dado es la mejor posible. No introduce ni la culpa ni la patología a la terapia.
  • Ayuda a la toma de conciencia
    Si no me doy cuenta de algo, no puedo influir en ello. Esta es la razón por la que intentamos intensificar la conciencia.
  • Perspectiva holística
    Una terapia y vida equilibradas crean espacio para desarrollar varios ámbitos: los pensamientos, las sensaciones, el cuerpo y la espiritualidad.

El terapeuta Gestalt cree que la gente nace con los recursos y capacidades necesarios para convivir con las personas en nuestro alrededor de modo satisfactorio y llevar una vida feliz y creativa. Puede ocurrir que este proceso se interrumpa, ya sea en la infancia o a lo largo de la vida, dejando al paciente bloqueado por patrones rígidos y creando en él convicciones que le obstaculizan el proceso natural. El objetivo de la terapia Gestalt es descubrir y explorar estos patrones y su influencia en la vida actual del paciente.